Columnas Igualdad
Educación e Inteligencia Artificial
En los últimos treinta años nuestro sistema educativo ha vivido importantes cambios y a mediados de los años noventa con la educación técnico profesional, el área de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) tuvo un fuerte auge, en especial en nuestra región con liceos que implementaban carreras afín.
Ahora bien, el avance de las ciencias de las tecnologías en el mundo ha permitido facilitar la vida al hombre, en áreas de procesos, producción, servicios, entre otras, que dan a nuestra sociedad la posibilidad de vivir mejor en el día a día y educación no ha sido la excepción, sin embargo, su implementación en el área educativa siempre ha sido compleja en recursos, capacitación para docentes y adecuada infraestructura en lugares de difícil acceso a la conectividad.
Pero hagamos un poco de historia emotiva, nuestras tareas las realizábamos con algún libro, diccionario o enciclopedia que tuviésemos en casa y cuando se complicaba un poco, recurríamos a la biblioteca pública. Luego, con la llegada de los computadores apareció Encarta, que fue una enciclopedia multimedia digital pionera en su época y el apoyo del estudiante de la década de los noventa y principios del 2000. Con la llegada de internet de línea telefónica, se abrió un mundo de posibilidades y la fibra óptica actual revolucionó la velocidad, el manejo de la información y la posibilidad de conectividad en cualquier lugar del mundo en segundos. A pesar de los avances tecnológicos y el alcance del manejo de la información, hay diferentes miradas del uso pedagógico de las tecnologías y los educadores no se ponen de acuerdo hasta qué punto es bueno su uso.
Es válido recordar que a fines de los noventa y con la llegada del nuevo milenio se temía lo peor, caída de servidores que harían colapsar la economía mundial y algunos más extremos pronosticaban el fin del mundo como lo conocíamos a la fecha. Por lo tanto, ¿es válido el temor a la inteligencia artificial? ¿Cómo afectará a la educación?. Para responder la primera interrogante y en palabras de Sam Altman, CEO y cofundador de OpenAI, empresa responsable de ChatGPT, quien indicaba ante el Congreso de Estados Unidos que “Mi mayor miedo es que causemos un daño significativo al mundo”, es posible interpretar una preocupación válida, dado que su mala utilización en áreas tan sensibles como son las fuerzas armadas y el uso de armamento podría causar daños inimaginables, sin embargo, se espera que la adecuada regulación en todos los países permita que la inteligencia artificial este al servicio de la humanidad y sea una herramienta que ayude a mejorar nuestras vidas.
En cuanto a la interrogante en educación, siempre se abre un espacio entre los académicos que demonizan las nuevas herramientas tecnológicas. Que acaso con la llegada de Encarta, con la apertura de internet y la era digital no pasó lo mismo. Es verdad que no hay una respuesta única, sin embargo, es labor de los educadores de los distintos centros educativos, desde los primeros niveles hasta los estudios superiores, de guiar a nuestros estudiantes para un adecuado uso de estas herramientas tecnológicas, que sin duda, mal utilizadas pueden ser de poca ayuda en el desarrollo de habilidades y el logro de aprendizajes integrales para la vida. Hay algo que la tecnología y las inteligencias artificiales nunca van a reemplazar, es el contacto entre estudiante y profesor, uno de los procesos más humanos, gratificantes y que llena de luz cada aula, alimentado futuras y brillantes mentes en un mundo que necesita de personas dispuestas hacer de este espacio un lugar digno para vivir en paz y armonía.
José Antonio Molina Díaz
Profesor de Matemáticas y Computación
Magíster en Administración Educacional, Mención Gestión de Sistema Educativo
Magíster En gestión Pedagógica Curricular y Proyectos Educativos